lunes, 29 de octubre de 2018

Halloween is coming: La leyenda de Catalina

¡¡¡Hola a Tod@s!!!
¿Qué tal estáis?¿Preparados ya para Halloween?
Yo estoy deseando que sea miércoles ya, porque me encanta esta fecha y para ir ambientándonos, os traigo esta entrada.

Las islas Canarias están plagadas de leyendas que involucran fantasmas y apariciones o acontecimientos que rozan lo paranormal,... historias llenas de misterio que calan hondo y, permanecen en el colectivo de las islas y, por tanto, llevan contándose durante generaciones. Por esta misma razón estuve pensando largamente qué leyenda contaros, pensé incluso en compartiros una leyenda "terrorífica" de cada isla, pero, al final me he decantado por contaros mi leyenda favorita de Tenerife, una leyenda que conozco desde la infancia y que siempre me ha fascinado y que ha aparecido, incluso en Cuarto Milenio. Os voy a contar la leyenda de Catalina Lercaro, el fantasma del Museo de Historia de La Laguna.



La Leyenda de Catalina nos ambienta en el siglo XVI, tras la conquista de las islas, en el seno de la familia Lercaro, una de las familias comerciantes genoveses, una familia de renombre en ese momento, por lo que realmente, esta historia tiene una base histórica, puesto que la familia Lercaro y Catalina existieron realmente, siendo el actual museo de historia su hogar. Creo recordar que hay un árbol genealógico de la familia Lercaro en el museo.

Como correspondía en esa época, siendo Catalina una joven adinerada y de buena posición, fue obligada a casarse en un matrimonio de conveniencia, según dice la historia, con otro hombre influyente de la isla, mucho mayor que ella, conocido por tener un carácter muy déspota y comerciar con esclavos, el cual le resultaba bastante desagradable, hasta el punto de resultarle repulsivo.
Por tanto, Catalina se oponía a su matrimonio, pero no podía evitar que sucediera. Llegada la noche de la boda (según otras versiones, la noche anterior a la misma o cuando el padre informa a la joven de la inminente boda), Catalina, presa de una gran depresión y sin poder soportar el dolor que le provocaba esta situación, sale corriendo por los pasillos de la casa y termina tirándose al pozo que se encontraba en el patio trasero de la casa, el cual, desde entonces y hasta hoy, permanece tapiado.
A la mañana siguiente el cuerpo fue encontrado por una de las sirvientas que trabajaba en la casa y la familia Lercaro se sumió en una honda tristeza. 


Cuentan que como cometió suicidio, la Iglesia se opuso a enterrarla en tierra sagrada, es decir, se le impidió la sepultura en un cementerio, puesto que había cometido un pecado imperdonable, por lo que se cree que su cuerpo permanece enterrado en la vivienda. Poco después la familia se trasladó a La Orotava, según se dice, invadidos por la pena del fallecimiento de Catalina; pero es aquí donde comienza la leyenda, ya que poco después del suicidio de la joven, los sirvientes comenzaron a hablar de apariciones y ruidos extraños y de pisadas en la casa, estos sucesos, lo cual, sumado a la pena y la vergüenza por el suicidio de su hija, sería lo que provocara el traslado de los Lercaro a La Orotava. Se dice que a partir de ese momento no se volvió a producir ningún extraño para la familia.

En los años 40 fue utilizado como albergue de un destacamento militar, luego fue sede de la facultad de Filosofía y Letras. En los años 70 pasó a pertenecer al Cabildo, por lo que actualmente y desde el año 1993, la Casa Lercaro forma parte de la sede de los Museos de Historia y Antropología de las islas, concebido como Museo de Historia de Tenerife. Desde el momento de su apertura como museo, abundantes han sido los testimonios de sus trabajadores y algunos visitantes sobre sucesos extraños, ruidos, pisadas, vitrinas temblando, objetos que cambian de lugar o la aparición de una silueta femenina que muchos asocian con Catalina, sobre todo en la zona que une el pasillo de la cocina con el resto de las estancias. Hay infinidad de testimonios y anécdotas que aterrorizan al personal del museo y muchos trabajadores, sobre todo los guardias de seguridad, han abandonado su trabajo.
Si miráis por internet, podréis comprobar muchos de estos testimonios, pero yo os voy a contar una anécdota de mi prima y su profesor de teatro.

Hace bastantes años (no sé si se sigue haciendo actualmente), el Museo de Historia abría sus puertas en la noche de Halloween y realizaban la representación de la historia de Catalina. Ese año se encargaba de esto el profesor de mi prima y tuvo que cambiar tres veces a la actriz que hacía el papel de Catalina, ya que las primeras actrices abandonaron el papel horrorizadas, alegando que no pasaban de ocurrirles cosas extrañas que no tenían explicación y que, incluso, creían haber visto a Catalina.

Como ya os he comentado, esta leyenda salió en Cuarto Milenio hace años y varias médiums han realizado análisis sensitivos del museo, que han aportado numerosos datos que avalarían que la leyenda es totalmente cierta; aunque estudios de La Universidad de La Laguna y del Instituto Astrofísico de Canarias desmienten que haya ningún tipo de presencia sobrenatural.

Personalmente, yo he estado muchísimas veces en este museo, es uno de mis favoritos de la isla y tengo que decir que yo sí que me creo la leyenda, pues la sensación sobrecogedora que me producen estancias concretas del museo, incluso cuando aún no sabía de los lugares exactos dentro del museo que implican esta leyenda, me llevan a creer en Catalina y que aún permanece en el museo. Seré ilusa, pero me gusta pensar que esto es real.

Y vosotros ¿os lo creéis o pensáis que todo tiene una explicación lógica? Las islas están plagadas de leyendas de casas encantadas, de jóvenes que se aparecen a la gente,... ¿cuál es vuestra leyenda favorita?

Bueno, hasta aquí llega la entrada de hoy, espero que os haya gustado. Nos vemos el miércoles con una nueva entrada.

¡¡¡Hasta Pronto!!!


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